Va caminando sin importar el duro sentir de los demás.
Evade las espinas que sobresalen de ojos asustados,
Inclinándose a pensar que nada lo apartará de sí mismo.
Sabe y no pretende cambiar su temple,
Su condición de enajenado lo convierte en banal,
No existe la grandeza si él no la escribe,
Va dejando sus signos sobre la nada, desapareciendo, reduciéndose.
Encerrándose en el calabozo de una mente absurda,
Va sobreviviendo como todo ser vivo,
Pero la vitalidad la dejó enterrada en su propia ironía.-
Autora: Vanina Suárez (de Santa Cruz, Argentina)
Foto: David Laghi
1 comentario:
Gracias Vani por compartir. Arriba! queremos más!
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